La Botigueta: Comer en una juguetería

No es de extrañar que en una ciudad donde el Modernismo arraigó con tantos ejemplos en su arquitectura urbana a alguien se le pasara por la cabeza homenajear ese estilo arquitectónico a la hora de decorar un establecimiento de restauración. En un mundo de tiendas y restaurantes cuyo interiorismo pasa más por criterios convencionales que rozan lo estandarizado, antes que por apuestas arriesgadas u originales, merece al menos un comentario el esfuerzo llevado a cabo por los impulsores del restaurante La Botigueta, que apostaron por revivir el pasado reciente de la ciudad en la propuesta formal de su establecimiento, logrando con su «puesta en escena» un efecto mágico y evocador que confiere un tremendo atractivo a quienes acuden a saborear su carta.
La recreación del pasado que hace dicho establecimiento no puede definirse como fiel pues el mobiliario elegido no se correspondería con los cánones del modernismo, sino que más bien busca el confort y ese aire retro actualizado tan en boga dentro del sector hostelero. No obstante, la atmósfera si queda bien reflejada en detalles como las lámparas que acompañan al comensal en cada mesa y, evidentemente, la selección de objetos que decoran todo el establecimiento.
Fiel a su nombre, el principal elemento a destacar sería el mostrador de una supuesta antigua tienda de juguetes, donde destacan algunas piezas típicas de principios del siglo pasado. Pero la decoración del local no se para ahí, ya que incluye otros objetos de época como las lámparas art-deco que cuelgan sobre la barra de bar o el espectacular furgón que cuelga de una de las paredes, entre otros muchos.
Mención aparte merece la coctelería anexa, donde el decorador aprovecha el material propio de un almacén de bebidas para ambientar el espacio, disponiendo antiguas cajas de madera en los anaqueles de las estanterías que constituyen el principal elemento decorativo.

En la actualidad este local acoge otro establecimiento de hostelería

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