La arquitectura modernista no sólo fue floritura y colorido; hubo un importante movimiento centrado en la funcionalidad propia de la construcción de fábricas, que también se dejó notar en la forma en que se abordaron estéticamente algunas de las viviendas de burgueses y comerciantes. Terrassa es uno de los exponentes más importantes de Catalunya en lo que se ha dado en llamar arquitectura modernista industrial, un modelo que se caracteriza fundamentalmente por la presencia del ladrillo visto y el hierro (en las estructuras de las fábricas y en las rejas y balcones de las viviendas).