Son el símbolo de una época de expansión urbanística de la ciudad, y están vinculadas a un proyecto más amplico que pretendía transformar el amplio espacio ocupado por el antiguo vapor Terrassa Industrial S.A. en un complejo residencial y comercial. Las Torres Siglo XXI fueron concebidas dentro del proyecto denominado Parc Central Segle XXI, diseñado por el arquitecto Toni Mas y promovido por la empresa Inmovalero. Con él se pretendía dinamizar la zona donde confluyen las carreteras de Montcada y Rubí, mediante la construcción de viviendas de lujo y un pequeño centro comercial con salas de cine, tiendas y establecimientos de restauración.
Los dos rascacielos se erigieron en 2004, transformando el horizonte de la ciudad, dominado hasta entonces solo por el edificio de Mutua de Terrassa. Hoy, la reflectante superficie de sus fachadas llenan de ocre verdoso los atardeceres, al captar los últimos rayos del sol y su silueta destaca con marcado protagonismo en el skyline de Terrassa.
Durante semanas he estado a la espera de noticias del despacho de Toni Mas para poder dotar de contenido esta reseña. A pesar de que he solicitado esa información en varias ocasiones, no he obtenido respuesta por parte de quien más conoce el proyecto, así que pocos son los datos que puedo ofreceros, salvo mis propias e inexpertas observaciones y la breve reseña hallada en la página web del promotor.
El Parc Central Segle XXI es un conjunto residencial que comprende un total de 150 viviendas repartidas en dos torres de 15 plantas, y un tercer edificio anexo. Se concibió con la finalidad de crear una zona de alto standing en la ciudad y para ello se diseñaron viviendas de lujo y dúplex de hasta 185 metros cuadrados dotados de la más alta calidad y los más modernos sistemas de construcción. El complejo se remató con un gran centro comercial de 33.000 metros cuadrados y un aparcamiento de rotación para 700 vehículos.
En su concepción formal las dos torres plantean una propuesta simple y racional basada en las líneas rectas, cuyo elemento descriptivo es el uso del cristal de color verde. Una especie de armazón de hormigón gris enmarca la silueta de los dos edificios, dejando en su interior una piel cristalina veteada mediante cuadrados que configuran un mosaico de tonos blancos, esmeraldas y turquesas.
La disposición de las dos torres se estableció en diagonal, de manera que entre ambos cuerpos se crean espacios amplios que se destinaron a dos grandes plazas que dan realce al conjunto, y en torno a la que se ubicaron los distintos establecimientos comerciales y de ocio.
La crisis económica ha deslucido un tanto la intencionalidad del proyecto, aunque el espacio público sigue siendo un referente para muchos ciudadanos y algunos de los establecimientos de restauración sobreviven; no así el centro comercial y sus salas de cine. Con todo, por su concepción, puede decirse que las torres son un referente de la arquitectura contemporánea de Terrassa.