Sociedad General de Eletricidad

La Sociedad General de Electricidad es otra de la joyas legadas a la ciudad por el arquitecto Lluís Muncunill. Como su nombre indica, este edificio fue construido para albergar el primer sistema de distribución eléctrica que tuvo Terrassa, destinado inicialmente a la industria. 

En el año 1884, el empresario Francesc Giralt i Serra puso en marcha en la calle Font Vella la primera centralita de energía eléctrica de Terrassa para suministrar corriente a algunos comercios de la calle y al Ateneu Terrassenc. Pruebas previas en  el Vapor Galí habían avalado el éxito de esta iniciativa, que pronto acabaría con la energía a vapor tan extendida por la ciudad. Años más tarde, en 1896, se constituyó la Sociedad General de Electricidad con la finalidad de producir suministro eléctrico destinado a la industria y a la población en general. La primera central se instaló en la calle Cremat en 1897. Sin embargo muy pronto esas instalaciones quedaron obsoletas por la gran demanda de la nueva energía y en 1904 se plantea la necesidad de ampliarlas. Para ello, se adquirió el Vapor Busquets, situado en los terrenos que se ubicaban frente a la central, en el antiguo jardín de la casa señorial de Can Busquets.

Para la nueva fábrica de electricidad, Lluís Muncunill recurrió a dos de los elementos característicos de su arquitectura: el ladrillo visto y la bóveda catalana. Concibió un edificio de corte modernista y formas simples, donde las bóvedas juegan un papel importante -como en otras de sus obras- marcando ondulaciones que imprimen personalidad al edificio. Utilizó siete curvaturas muy pronunciadas dividiendo en siete secciones la cobertura del edificio. Aprovechando esas curvaturas, ubicó ventanales rematados en arco que acentúan ese carácter sinuoso y que permiten una gran entrada de luz natural a las dos naves paralelas que conforman esta edificación.

Por lo demás, la ornamentación es un elemento que brilla por su ausencia. Tan solo destaca en la fachada que da a la calle Unió el rótulo que da nombre a la central, creado a partir de la técnica del trencadís.

En la actualidad, la antigua Sociedad General de Electricidad es propiedad de una cadena de restauración y su decoración interior se ha visto modificada. Sin embargo, conviene valorar el esfuerzo de sus promotores por mantener el espíritu del modernismo que rezuman sus paredes y bóvedas de ladrillo, que se acentuó con la instalación de unas espectaculares lámparas de inspiración art déco.