Edificio Pau Claris, piedra y madera

Construir en el casco histórico de Terrassa constituye un reto por la dificultad de dar cabida a los planteamientos estéticos de la nueva arquitectura sin que el resultado desentone en exceso. Armonizar en esos casos no siempre es aconsejable, ya que la mayoría de las casas que existen o perdieron su carisma con rehabilitaciones espantosas o bien fueron construidas sin el menor criterio estético. El reto consiste más bien en buscar la armonía volumétrica con el conjunto y aportar una nueva lectura más actual, innovadora y embellecedora.

Algo así es lo que intentó el arquitecto Jorge Miguel López Clavería con el Edificio Pau Claris, concebido en 2o05 en colaboración con el también arquitecto Marc Armengol i Puig para la promotora Vitalhogar 96, S.L., que destinó un presupuesto de1.153.263 euros a su ejecución. Al menos eso es lo que nos cuentan desde su despacho de arquitectura: «El edificio Pau Clarís se diseñó teniendo en cuenta criterios de máxima integración en el ámbito del centro de Terrassa, y con las construcciones que le rodean«. Asimismo añaden que  «también se tuvo sumo cuidado en analizar la gran longitud de su fachada (56 metros lineales) y la poca altura del conjunto«. Y es que las construcciones del centro siguen la tipología del casal terrassense (construcción alargada de 5 metros de fachada y dos alturas, con quarto de reixa y entrada y patio posterior, cuyas habitaciones se distribuyen a lo largo de un largo pasillo). Así, el equipo de arquitectos tuvo que buscar una solución para un edificio alargado, con 56 metros lineales de fachada, resultado de una serie de casales unidos y que ocupa una superficie de unos 3.769 m2.

La premisa era crear un edificio plurifamiliar cuyas obras concluyeron en 2007 habilitando 17 viviendas con tipologías de 3 y 4 habitaciones, distribuidas en 4 núcleos de escalera. En su planta baja se sitúan 8 de esas viviendas que sobresalen de la profundidad edificable hacia los patios posteriores en formas geométricas, para crear estancias con luz natural y salida directa al exterior, tal como explican desde el despacho de arquitectura. La planta primera y la planta bajocubierta acogen los  nueve pisos restantes, de tipo dúplex. Se caracterizan por su distribución en tipología invertida (el comedor, la cocina y el aseo de cortesía se hallan en la planta bajocubierta, mientras que las habitaciones y baños se localizan en la planta primera). El edificio cuenta también con un sótano, que da cabida a  49 Plazas de parking y 9 trasteros.

En su aspecto externo, el principal elemento que define la fachada del Edificio Pau Claris son sus postigos de madera natural con lamas horizontales, que se encajan en una estructura de bigas metálicas que marca el ritmo del edificio. Estos postigos conjugan dos necesidades de las viviendas: por un lado garantizar la privacidad de las estancias que dan a la calle y por otra, y más importante, proteger de  la exposición solar, ya que la fachada está orientada al sur.

El equipo de arquitectos decidió seguir una línea de materiales naturales para la piel de este edificio. Así las lamas de madera de los porticones contrastan con el aplacado de piedra cenia de tonalidad clara, que podemos encontrar en el zócalo y en la coronación del edificio y que distingue esta construcción en sus encuentros con el suelo y la cubierta.

 

 

 

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